Te pueden denunciar por espiar el WhatsApp

Te pueden denunciar por espiar el WhatsApp

Denuncia por espiar WhatsApp

Quizás ha llegado el momento de dejar de revisar el WhatsApp de nuestra pareja cuando esta no se encuentra cerca y ha dejado su móvil a nuestro cuidado (de paso, se ha olvidado bloquearlo).

Esta oportunidad de dar una pequeña y rápida mirada a sus mensajes y conversaciones en WhatsApp puede parecer como algo tonto que perjudica ni daña a nadie; la realidad es que espiar el WhatsApp de otra persona esta considerado como un delito que lleva una sentencia.

Al mirar en el móvil de otra persona, se esta vulnerando uno de sus derechos más fundamentales, su intimidad.

Y no solo estamos hablando de los mensajes que comparte con otras personas, fotografías, audios o videos también cuentan, por lo que, la próxima vez quizás nos debemos plantear seriamente el andar mirando más de la cuenta algo que, al final del día, no nos pertenece.

¿Es un delito leer los mensajes de WhatsApp de tu pareja?

Es un delito leer los mensajes de WhatsApp de tu pareja

La Constitución de España reconoce el secreto de las comunicaciones y la intimidad como un derecho fundamental.

Si buscamos en el Código penal, concretamente en el artículo 197, nos encontraremos con el delito de descubrimiento y revelación de secretos.

Según este artículo del Código penal, si una persona llega a apoderarse de papeles, cartas, mensajes, correos electrónicos o cualquier otro documento o efecto personal y los utiliza como medio para descubrir secretos o vulnerar la intimidad de un tercero (sin el consentimiento de este), esta persona estará cometiendo un delito.

Esto también lo sufrirán las personas que intercepten comunicaciones o hagan uso de artificios tecnológicos para la escucha, transmisión, grabación o reproducción de cualquier sonido, imagen o cualquier otro tipo de señal de comunicación.

Este delito por revelar datos personales está castigado con una pena de entre uno a cuatro años de prisión.

Es importante no confundirnos, si bien es cierto que el artículo no menciona nada relacionado con las plataformas de mensajearía instantánea, puede ser aplicado igualmente.

Y tengamos claro que no es necesario que la persona se apodere del documento en cuestión, simplemente basta con que vea el contenido.

En este tipo de delito es necesario que se revele un secreto, que se comparta un conocimiento y el “dolo del culpable”.

Esto quiere decir que, si alguien nos pasa un teléfono móvil para, por ejemplo, que veamos una fotografía, y en ese momento llega una notificación por la cual de forma involuntaria nos terminamos enterando de algún secreto, no estaríamos cometiendo ningún tipo de delito, puesto que no existe por nuestra parte ninguna intención de descubrirlo.

Ahora bien, para que pueda llegar a darse el caso del delito, es importante que la persona tenga éxito en desbloquear el teléfono móvil y llegar a donde se tengan almacenadas las conversaciones o documentos.

Esto quiere decir que, a menos que se agarre al infractor en plena ejecución del acto, este delito pude llegar a ser muy difícil de demostrar, puesto que no es usual contar con un rastro documental que pueda probar esta invasión de privacidad.

¿Difundir las conversaciones del WhatsApp es también un delito?

Difundir las conversaciones del WhatsApp es también un delito

Hoy en día se ha vuelto una práctica muy normal el compartir pantallazos de las conversaciones que tenemos en WhatsApp.

Es más, en ocasiones, algunas de estas conversaciones se colocan en una red social y terminan viralizándose. Y es aquí cuando debemos dejar claro la diferencia entre la captura de pantalla y la difusión de esta.

Bajo los ojos de la ley, el hacer una captura de pantalla de una conversación es equivalente a realizar una grabación de una llamada.

El ordenamiento penal persigue a las personas que hagan capturas de pantalla de conversaciones de las que no forme parte, sin contar con la respectiva autorización de los participantes.

Esto quiere decir que hacer un pantallazo de alguna conversación privada en la cual formamos parte no vulnera el derecho al secreto.

Sin embargo, si dichas capturas se comparten y esto termina afectando al ámbito intimo de alguna de las personas involucradas, podría entrar en conflicto con el derecho a la intimidad.

En cuanto a la realización de capturas y su posterior difusión, se siguen utilizando las normas que en el caso anterior.

Si somos participantes de una determinada conversación, difundirla no sería considerado delito siempre y cuando el contenido de dicha conversación no este relacionado con intimidades de cualquiera de los participantes, pues de hacerlo, se estaría vulnerando el derecho a la intimidad.

El Reglamento General de Protección de Datos y ley Orgánica de Protección de Datos impide que se revele cualquier información personal, del tipo que sea, sin autorización.

¿Existe jurisprudencia al respecto sobre los programas espía?

Existe jurisprudencia al respecto sobre los programas espía

Es importante que tengamos muy claro que espiar el WhatsApp de otra persona es un delito; no debemos leer las conversaciones sin consentimiento explícito del dueño del teléfono móvil. Esto está considerado como una conducta ilegal y muy poco ética.

Y como es evidente, la cuestión se complica cuando hablamos de menores de edad. En la actualidad, el uso de este tipo de tecnologías está al alcance de cualquier niño, da igual la edad que tenga, y es normal que no haga más que aumentar la preocupación de los padres.

Para lidiar con este problema, existe una opción denominada como “herramienta de control parental” que usualmente vienen instaladas de fábrica en la propia aplicación.

Pero esto no es todo, además de estas opciones que brindan las mismas aplicaciones, existen softwares desarrollados por terceros que están especializados en lidiar con el problema de los dispositivos móviles y los menores de edad.

Estas maravillosas aplicaciones permiten a los padres bloquear el acceso a determinadas páginas web, restringir ciertas Apps, bloquear llamadas y, sobre todo, les permite monitorizar los mensajes que recibe el niño.

Ahora bien, es importante mencionar que no todo es perfecto; recordemos que incluso los menores cuentan con la protección del “derecho a la intimidad”, el cual se encuentra en el artículo 18 de la constitución española.

Sin embargo, es cierto que la jurisprudencia en este caso justifica el hecho de que los padres hagan uso de un software de terceros a modo de espionaje con el fin de mantener protegido al menor de según qué tipo de información o contenido que suele circular muy libremente no solo por WhatsApp, sino también por todo internet.

Habiendo dejado claro el tema de los padres y el uso de estos programas espías en menores de edad, debemos mencionar que ocurre en el caso de personas adultas.

Lo primero a dejar claro es que esta totalmente prohibido instalar cualquier tipo de programa que tenga opciones de espionaje en los teléfonos de una empresa.

Esto es una restricción en un sentido amplio, pues no es posible controlar a un trabajador por medio de su teléfono móvil.

Si se llega a dar el caso en donde se tenga que tomar alguna medida de control sobre los trabajadores de una empresa, dichas medidas deben ser notificadas de una forma muy clara, con antelación y por escrito.

Como también es más que evidente, está completamente prohibido el vigilar el WhatsApp de tu pareja o de cualquier persona por medio de estos programas con fines de espionaje.

De ocurrir esto, se estaría presentando un caso de lo que se denomina “interceptación de las comunicaciones sin consentimiento del titular” y, por tanto, la persona responsable de esto estaría cometiendo un delito.

¿Cómo saber si me están espiando y cómo puedo protegerme?

Cómo saber si me están espiando y cómo puedo protegerme

Debemos tener claro lo siguiente: Suele ser complicado el determinar si estamos siendo víctimas de espionaje.

Esto es algo difícil de detectar, por lo que si sospechamos que estamos siendo espiados y que nuestras conversaciones privadas pueden llegar a estar en peligro, lo más inmediato y eficaz que podemos hacer es cambiar la clave de acceso a nuestros teléfonos móviles y procurar no compartirla con nadie.

Por otro lado, podemos descubrir las sesiones que se han abierto de nuestro WhatsApp por medio de la versión de escritorio, WhatsApp Web.

Desde esta aplicación podremos ser capaces de controlar todas nuestras sesiones, cerrando aquellas que se hayan podido iniciar desde un dispositivo desconocido para nosotros.

También es importante recordar que existen ciertas aplicaciones que nos proporcionan información sobre si estamos siendo víctimas de algún programa espía.

Adicional a todo esto, los móviles suelen presentar ciertos síntomas en el caso de que estamos siendo víctimas de espionaje:

La batería del teléfono móvil empieza a durar menos de lo habitual, aparecen mensajes de líneas de código, el tiempo de envío y recepción de mensajes suele ser muy alto sin haber ningún tipo de problema en la conexión y comienzan a aparecer aplicaciones que nosotros nunca hemos instalado.

Para finalizar, debemos recordar que los mensajes que enviamos por nuestro WhatsApp, pueden llegar a ser considerados como pruebas validas en caso de que se presente un juicio; sin embargo, si la obtención de dichos mensajes ha sido de forma ilegal, quedaran totalmente invalidados.

En cualquier caso, ante la duda, lo mejor que podemos hacer es asesorarnos por medio de un abogado con experiencia en delitos informáticos.

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